|
Capítulo 2.-El sentimiento de pertenencia en la valoración de un pueblo o una nación:
Concepto
El sentido o sentimiento de pertenencia, es la identificación subjetiva que un individuo experimenta respecto a un grupo, con el que comparte espacios e intereses dentro de una organización, pueblo, nación o comunidad, sintiéndose cómodo, bienvenido, aceptado, interesado y querido como persona, y no desubicado y no tenido en cuenta.
Aquí se aplica más el corazón que la mente; tanto o más la naturaleza que la voluntad; importa más el grupo que el individuo y con frecuencia la persona integrada no sabe explicar el porqué se encuentra a gusto en el grupo. Es una fuerza interior que te da soltura, confianza y libertad.
Ejemplo: si decimos, que somos albendurrios, es porque nos gusta y amamos a Albendea, deseamos ir al pueblo, hablar con sus gentes, participar en sus fiestas, tomar el sol en sus plazas, pasear por su montes o tomarme unas “tajas en ca la abuela”. Además, no permitiremos, aunque tengan razón “que nos toquen a Albendea”, y siempre defenderemos, ayudaremos al pueblo en su progreso social, cultural y económico, llegado el caso. Decimos por ello que “tenemos sentido de pertenencia por Albendea”.
Para Maslow (autor de la imagen adjunta), un psicólogo de la corriente humanista que formuló la “Teoría de las necesidades humanas” dijo: “la necesidad de pertenencia a un grupo es la tercera más importante necesidad, sólo detrás de las necesidades fisiológicas y la seguridad. La falta de pertenencia a un grupo puede llevar a provocar problemas como ansiedad o depresión en una persona”.
En esa imagen podemos observar, al menos, que:
-Hay personas de muchos colores, divergencias (razas, ideologías, religiones, gustos, vocaciones, sueños…).
-Van cogidos de las manos (respeto, unión, comprensión, aceptación…).
-Están rodeadas de corazones (sentimientos positivos, cercanías emocionales…).
-Caminan en la misma dirección (intereses compartidos, proyectos en común…).
Autoridades, la pertenencia y sus características
Brené Brown (Investigadora y escritora sobre vulnerabilidad y conexión humana): “El verdadero sentido de pertenencia no requiere que cambiemos quienes somos, sino que seamos quienes somos.”
Maya Angelou (Escritora y activista): “Pertenezco a donde quiera que me encuentre, desee y sea aceptada, y eso no significa que pertenezca a un solo lugar”.
Papa Francisco: “No existe identidad plena sin pertenencia a un pueblo”.
José Mujica (40º presidente constitucional de Uruguay 1935): “Mientras exista injusticia social, mientras la especie humana planetaria no tenga sentido de pertenencia por la verdad que le permita ser libre, que no pare de expresar su inconformidad la poesía”.
Pertenencias: ¿En cuántos grupos?
Hagamos un ejercicio de introspección: ¿En qué grupos me siento aceptado, a gusto, cómodo, realizado e incluso… me son necesarios para convivir en ellos?
El primero, es vitalmente necesario, y probablemente integrado (aunque a veces vivimos situaciones incómodas y traumáticas, en éste y en todos los grupos)…
¡La familia!: “Cuando un recién nacido aprieta con su pequeño puño, por primera vez, el dedo de sus padres, los tiene atrapado para siempre” (Gabriel García Márquez).
La naturaleza, el lugar de nacimiento: “La naturaleza señala a los soldados de la vida el lugar en donde han de luchar por ella” (Blas Infante).
Mi pueblo: Respondo con estos versos:
Mi Pueblo, Mi Corazón
Es mi pueblo, buen refugio de mi alma,
donde el sol me abraza con dulce calma.
Mi corazón libre late al compás,
en sus calles, hay música, hay paz.
Es mi familia, continuo abrazo eterno,
hogar muy cálido incluso en invierno.
Sus risas, sus pasos son mi poesía,
su amor, mi fuerza, mi ser, cada día.
Mis amigos, ¡Ay qué luz compartida!,
¡Qué aliados fieles! ¡Qué lujo de vida!
Con tus palabras, encuentro buen abrigo,
en tus consejos, un claro destino.
Mi historia y huella está en su suelo,
escrita con esfuerzo, estudio y anhelo.
Es un legado que nunca se pierde,
si el relato en mí y en ti es siempre verde.
Mis raíces, mis vivencias, mi fe,
y la tierra que siempre quise ver.
Son base de acero que me sostiene,
y aun siendo inmigrante en ella, me tiene.
Mi pueblo, mi ilusión, mi corazón,
eres mi vida, mi eterna canción.
Alberto Morales Guillén.
Todos, al menos lo espero, tenemos una patria o varias. Se puede ser español y valenciano, o argentino y cordobés, o vasco, o español, o alcarreño y catalán. Traigo a colación nada menos que a Cervantes. Se explica con claridad meridiana, entre otras situaciones en “Los trabajos de Persiles y Segismunda” diciendo que su patria es España; en “El trato de Argel” proclama, “¡Oh España, patria querida!” y para en “El Quijote” Ricote, un morisco expulsado en 1609 le dice a Sancho que “lloramos por España, que, en fin, nacimos en ella y es nuestra patria natural”.
Los que tenemos a España por patria y pertenencia común, con el respeto y entendimiento de los nacionalismos, hemos de trabajar, disfrutar, en proyectos conjuntos de desarrollo en todos los campos, para legar a nuestras generaciones posteriores, un futuro mejorable. Es nuestra gran pertenencia: unidos en la convivencia para el bien común. (Es la idea que deseo trasladar con esa imagen de he elaborado: unidos como una piña).
Pertenezco a ALBENDEA, por sentimiento
La afirmación del epígrafe, declara, mi filiación albendurrio, no por sangre, sino por sentirme a gusto y acogido, por voluntad propia y aceptación, que es tan válida como por cualquier otra razón, teniendo en cuenta lo hablado hasta ahora.
Y ahora ¿qué me/nos resta? “Aumentar mi satisfacción mental” (Khushwant Singh), “ser bastante más que un mero invitado” (Maureen O ‘Hará) y aportar mi granito de arena en la cohesión y crecimiento de un bello pueblo llamado Albendea.
No hay comentarios:
Publicar un comentario