El pasado viernes día 1 de noviembre la Asociación de
Jóvenes de Albendea celebró la fiesta de Hallowen con una numerosa
participación entre los vecinos del pueblo. A las 17:00 horas se llevó a cabo
un taller de calabazas en el Centro Social, en los que fueron los más pequeños
quienes pusieron más interés en aprender a realizar uno de los símbolos más
significativos de esta fiesta. A continuación se realizó un desfile del terror
por las calles del pueblo, en el que participaron todos aquellos que se
disfrazaron para el evento. Finalmente se ofreció una chocolatada a los
asistentes que puso fin a las actividades.
Halloween es una fiesta de origen pagano que se
celebra la noche del 31 de octubre, víspera del Día de Todos los Santos, y que
tiene sus raíces en el antiguo festival celta conocido como 'Samhain', que
significa fin del verano. Se celebraba al finalizar la temporada de cosechas en
Irlanda para dar comienzo al año nuevo celta. Durante esa noche se creía que
los espíritus de los difuntos caminaban entre los vivos, realizando fiestas y
ritos sagrados que incluían la comunicación con los muertos. Los sacerdotes
Druidas iban de casa en casa demandando todo tipo de comidas extrañas para su
propio consumo y para ofrecerla después en el festival de la muerte. Si la
gente se negaba a sus demandas lanzaban una maldición demoníaca y se creíaque por
ella alguien de esa familia moría en transcurso del año.
La palabra “Halloween” se empezó a usar en el siglo
XVI y su origen es "All Hallow’s Eve" (víspera de Todos los Santos). Desde
Irlanda esta tradición pasó al Reino Unido, trasladándose en el siglo XIX a Estados
Unidos, Canadá y América Latina. En Halloween se emplean muchos
símbolos con diferentes significados, los principales las calabazas de
expresión malévola con una lumbre en su interior, pero también las brujas, los
gatos negros, los fantasmas, las calaveras y los disfraces. Además, se tiende a
emplear una decoración tenebrosa con velas, telas de arañas, murciélagos, búhos
y espantapájaros, con el fin de repeler a los espíritus malignos que durante
estas fechas se cree que visitan el mundo de los vivos.
En los años setenta del pasado siglo la televisión y
sobre todo el cine popularizaron la fiesta, que finalmente se ha extendido por
todo el mundo, y también, por supuesto en nuestro país, en particular entre los
más jóvenes. Ese día los más pequeños salen a pedir dulces o dinero disfrazados
de fantasmas y superhéroes, con la famosa frase de “truco o trato” y los adultos se aventuran en excéntricas fiestas
en la que ir disfrazado es una obligación.
La Iglesia católica es contraria a esta celebración,
máxime coincidiendo con víspera de la fiesta de Todos los Santos en el mundo
cristiano, pues la considera relacionada con creencias falsas sobre los muertos
y los espíritus malvados o demonios. También se considera asociada a las
prácticas de hechicerías, sortilegios y adivinaciones, a la invocación a los
muertos y a los rituales satánicos, lo cual es claramente condenado en la
Biblia: “Nadie entre los tuyos deberá [...]
servir de médium espiritista o consultar a los muertos” (Deuteronomio 18:10-12). Incluso distintas diócesis españolas dirigen
cartas a sus feligreses animándoles a celebrar el 31 de octubre la fiesta de
Holywins, con disfraces de santos, vírgenes y religiosos, frente a esta cada
vez más popular fiesta de Halloween.
Pero sea de una u otra manera, cada vez son más los
que celebran esta tradición con total inocencia, sin ninguna intención de
invocar a seres malignos u ofender a la Iglesia católica. Simplemente como una
excusa para pasar unos momentos divertidos, reunirse con los amigos y celebrar
al día siguiente con sus familias, sin ningún tipo de remordimiento, el día de
todos los Santos, en el que se acude a los cementerios a recordar y homenajear la
memoria de nuestros seres más queridos ya fallecidos.