18 jun 2024

FIESTAS PATRONALES SAN ANTONIO DE PADUA 2024

 PREGÓN DE LAS FIESTAS (JORGE SÁNCHEZ ALBENDEA)

 

Dado en Albendea, Cuenca, el día después de la Onomástica de nuestro Patrón San Antonio de Padua, siendo, por tanto, viernes 14 de junio de 2024, fiesta de San Elíseo. Pregón proclamado desde el balcón de la Casa Consistorial.

Como viene siendo habitual y rutinario, hoy me he levantado para ir a trabajar, era temprano,  abro la ventana y un cielo azul y una luz radiante me dan los buenos días. Sin duda, he pensado, hoy va a ser un gran día…….

Autoridades, vecinos de la Villa de Albendea, queridísima familia, amigos todos. Muy buenas tardes y ser bienvenidos.

Me presento hoy ante vosotros con los sentimientos a flor de piel. Con la ilusión de que todos juntos, aunque sea por unos instantes, podamos sentirnos orgullosos de nuestro pueblo, de nuestras raíces, de rememorar a aquellos que nos precedieron. Me presento con la alegría de sentirme un privilegiado al poder asomarme a este balcón municipal y anunciaros que han llegado las fiestas Patronales de nuestro querido Pueblo.

Pero, sobre todo, ¿sabéis cómo me siento? Feliz, muy feliz, porque gracias a la intercesión de San Antonio de Padua hoy puedo estar aquí pregonando las fiestas de Albendea, ¡EL MEJOR PUEBLO DEL MUNDO!

Gracias al Alcalde, amigo Luis, también a Miguel Ángel, sé que has tenido mucho que ver, y por extensión a toda la corporación municipal por acordaros de mí. Un honor que os agradezco en el nombre de toda mi familia y en el mío propio, pues entiendo que este nombramiento es un reconocimiento a toda ella que tanto ha querido, quiere y querrá a su pueblo.

Así que, como no podía ser de otra manera, este pregón va dedicado a mis abuelos, a Adolfo y a la Socorro, que hoy desde el cielo estarán tan orgullosos de que su nieto, acompañado de toda su familia, pregone las fiestas de San Antonio.

Bueno, pues vamos al lío, espero que cuando termine no os arrepintáis de haberme llamado.

Dicen los entendidos en pregones, que los hay, que, para inaugurar unas fiestas, es necesario que la parrafada no se alargue demasiado, vamos, que lo bueno si es breve dos veces bueno. Voy a intentarlo.

¿Y qué os voy yo a contar de Albendea que vosotros no sepáis?

Difícil reto sería enfocar mi pregón intentando bucear en su rica historia, labrada a lo largo de los siglos para encontrar esa reseña aún no publicada; tal vez podría ensalzar el entorno donde nos ubicamos con parajes de inmensa belleza que dibujan estampas de ensueño, o tal vez, podría sacar músculo y presumir de una arquitectura que muchos quisieran para sí.

Después de un breve lapso de tiempo meditando, empiezan a sobrevenirme una cascada de recuerdos y un torrente de sentimientos de felicidad empiezan a inundar mi cabeza, por delante de mis ojos comienza un desfile de imágenes reconfortables y entrañables.

Así que hoy, y con la mayor de las humildades, abro el cajón de los recuerdos para mezclarlos con un presente muy diferente, intentando buscar vuestra sonrisa y complicidad.

Os quiero contar que como todos sabéis mi vida, entre comillas pública, está vinculada a la Semana Santa de Cuenca, que ese es mi aval y al que entrego muchas horas gracias a la paciencia y complicidad de mi mujer, Marta. La notoriedad que tiene estar al frente de la Junta de Cofradías es grande, tal vez excesiva, pero es francamente reconfortable comprobar como muchos de vosotros me seguís, así me lo decís cuando tenemos ocasión de hablar, porque veis en mí una extensión, o por decirlo de otra manera, como un embajador de nuestro Pueblo allá donde voy, y es que es así y así quiero que lo sintáis pues me considero un Albendurrio más.

Y qué curioso es, y que hueco me pongo yo, cuando en muchas de las entrevistas que concedo a lo largo del año, me nombran por mi segundo apellido: ALBENDEA. Incluso cuando voy por las calles de mi querida Cuenca y la gente me para, y se dirige a mí y me dicen: “Albendea que tienes que hacer esto, que tal que cual…”

¡Qué curioso!, ¿verdad?

Y es que es cierto, siempre volvemos a nuestros orígenes. Porque cuando regresamos a nuestras raíces volvemos a valorar todo aquello que en algún momento dejamos en un segundo plano.

Y aquí estamos hoy todos reunidos y unidos un año más en torno a nuestro patrón: San Antonio de Padua, al que veneramos durante todo el año y al que acudimos con plegaría íntima y sincera cuando en nuestra vida cotidiana las cosas no salen como quisiéramos.

Es en estos días, durante su festividad, cuando sobre andas humildes, pero sobre hombros firmes y devotos, nuestro querido San Antonio, pequeño en tamaño pero inmenso en contenido y significado, recorrerá las calles del Pueblo. Lo hará arropado por todos nosotros al son de marchas dirigidas por el paisano y maestro Pablo Martínez, y es que en Albendea también tenemos grandes músicos. Y como no, todo ello bajo la presidencia eclesiástica de Paco, nuestro Párroco, y que curioso, profesor de religión de mi hijo Jorge en el instituto. ¡Como veis los caminos no paran de encontrarse!

Durante el recorrido procesional nuestros más jóvenes serán sentados a los pies del Santo, siendo así presentados como nuevos fieles ya de por vida.

Para finalizar la procesión, y ya en las puertas de la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, todo estará preparado y Nacho y su hermano Javi, responsables de la Hermandad, vecinos puerta con puerta, amigos y familia, porque aquí todos somos familia, comenzarán esa entrañable puja donde cuatro privilegiados paisanos devolverán al Patrón al interior del templo Parroquial. Gesto este lleno de significación.

Que estos días que celebramos la festividad de San Antonio no se conviertan en un ritual carente de sentido que llega todos los años en el mes de junio. Soy consciente que en los tiempos actuales queda, incluso casi mal, defender públicamente nuestras creencias, pero, es por eso precisamente, por lo que debemos, no sólo querer a nuestro Patrón desde el corazón, sino dar testimonio de esa fe que seguro estoy todos los aquí presentes le tenemos.

Y es que Albendea, amigos, es grande por sus gentes, por su sencillez y humildad, por acoger, como si fueses de aquí de toda la vida, a todos aquellos que tienen a bien visitarnos. Porque no veas como presumo yo cuando traigo a algunos amigos a hacer alguna de esas rutas a pie tan espectaculares que tenemos en nuestro extenso termino municipal, que lo mismo andamos por el camino del Santiago, que, por ruta de la lana, que comenzamos a andar en las juntas para acabar en esa joya, todavía no valorada suficientemente, que es el Mausoleo de LLanes. Pero cuando ya acabo de conquistarlos es cuando una vez terminada la caminata venimos a reponernos del esfuerzo, al bar, donde Miguel y Soraya, y toda su familia, como magníficos anfitriones que son nos agasajan con un cariño que no tiene precio.

¡Ya sé que estáis preguntando que cuando venimos a hacer la siguiente ruta!!! Tranquilos, todo llegará….

Albendea es para mí recuerdos de la infancia, imágenes que se quedan grabadas y que te acompañan ya de por vida. Se suele decir que poder disfrutar de los recuerdos de la vida es vivir dos veces. ¡Vamos que yo hoy estoy hasta rejuveneciendo!!

Recuerdo como mis padres, Jesús y Encarnita, encomendaban a mis abuelos quedarse con los nietos a pasar unos días en el pueblo pues el colegio ya había terminado (no solían decir para cuanto tiempo era…); y lo mismo hacía mi queridísima tía Mari Reme con mis primas, Juana Mari, Raquel, Beatriz y Natalia. Y aquí que nos juntábamos todos. No quiero contaros la que se liaba.

La mula del tío Matías y la tía Vicenta, de nombre Castaña, soportaba paseos interminables llevándonos a todos sobre sus trabajados lomos, y mi primo Ricardo, por sí no éramos pocos se sumaba a tan apasionante distracción. Las travesuras de mi hermano ya eran de otro nivel, no las voy a contar hoy aquí. El tiempo parecía detenerse, todo era felicidad.

Nunca faltaba de nada, lo teníamos todo y si por un casual surgía alguna necesidad extra allí estaba la tía Felisa, la tía Mercedes y la tía Antonia….Aunque siempre nos quedaba el recurso de ir a comprar a la tienda de la “Poli”, donde el queso con membrillo se había convertido en la dieta perfecta para merendar durante esas calurosas tardes de verano.

Y es que así era y así es la vida en el mundo rural. Porque permitidme esta pequeña reflexión en voz alta: En el mundo actual donde la pérdida de valores, el vivir corriendo, sin saber bien el motivo, simplemente porque somos parte de una sociedad que vive de una falsa apariencia, amparándonos en las “modas” del momento, efímeras y carentes de contenido. Un día a día dominado por un absurdo estrés que a nada conduce, porque como dicen hoy los más jóvenes: si no estás en Instagram, Facebook o tik tok, pues no existes. Pues digo yo que algo tendrá el mundo rural cuando todos volvemos a él, cuando la gente para “desestresarse y desintoxicarse” eligen el pueblo.

Por eso hoy quiero dar las gracias a todos los que, cada uno desde sus diferentes responsabilidades, mantenéis vivos nuestros pueblos, nuestras tradiciones, en definitiva, nuestras raíces.

Pudiera parecer un contrasentido tener que razonar para demostrar la importancia de la sociedad Rural. Porque por muy capitalista que sea nuestro actual sistema, sin el sector primario nada tendremos, habría que ser muy torpe para no comprender esto. Hagamos políticas reales que favorezcan a nuestros agricultores y ganaderos, y no llenemos de una innecesaria y excesiva normativa que asfixie a nuestros pueblos, al campo y las actividades y costumbres ligadas a él.

Hasta aquí llega mi reivindicación. Volvamos antes de que la líe.

Cuando escribía este pregón me asaltaban continuos recuerdos, era como una tormenta de ideas que iba enlazando unas con otras, intentando construir una hermosa cadena: pasado presente y futuro, y si en algún momento la memoria me flojeaba allí estaban, están, mi hermano Adolfo y mi prima Juana Mari, con su paciente marido Fernando, Albendurrios donde los haya. Pero además de esas vivencias quiero, y creo que debo, centrarme también en la actualidad, pues oye,  tengo que deciros que nuestro pueblo está muy bien,  que se están haciendo las cosas con sentido sabiendo cuales son las necesidades y como trabajar para poder ir salvándolas.

A uno que le gusta la historia, pues se siente orgulloso de ver como ha quedado el archivo municipal, con documentos de gran valor, y algún otro, que, aunque todavía no tenemos, esperemos forme parte de estos fondos más pronto que tarde (lo vamos a intentar conseguir entre todos, querido Alcalde y como decía el antiguo concurso televisivo: “hasta aquí puedo leer).

Y de las noticias más importantes ocurridas en los últimos años en nuestro Pueblo, y que hoy me gustaría resaltar, ha sido la reapertura del Colegio en septiembre del 2020. Sin jóvenes no hay futuro y sin arraigo el camino se hará tortuoso. Creo que Albendea ha salvado, no sin dificultad, este reto. Haciendo un símil, es como retroceder al S. XVI cuando nuestro paisano Juan de Lariz entregó 990.000 maravedíes al criado del Emperador, de nombre Alonso de Baeza, y de esta manera Albendea pasó a tener su propia jurisdicción civil y criminal.

Pero la vida pasa, tal vez demasiado deprisa, sin darnos cuenta y sin valorar el regalo que supone nuestro efímero paso por la tierra. Los recuerdos nostálgicos nos permiten viajar atrás en el tiempo, porque aferrarse a los recuerdos es no querer perder las cosas que amas.

Y así yo sigo hoy todavía visionando mis veranos en Albendea, recordando a Valentín y Purita, a Mari Tere, a Elvirita y Merce; ellos eran el espejo en el que nos mirábamos, eran los primos mayores siempre dispuestos a echar una mano a los abuelitos pues la carga de los nietos era grande.

Sigo acordándome que me enfadaba tener que ver los partidos de fútbol en una televisión en blanco y negro, es que había veces que no se distinguían los equipos, sigo visionando películas en video, sistema 2000, partidas y juegos en el antiguo frontón, pedirme una mirinda, un helado o una Pepsi en el Bar las Morenas, a 20 pesetas, recuerdo tanto…

Como olvidar el Renault 5, color naranja, de mi abuelo Adolfo. Por aquel entonces era como el autobús oficial del Pueblo pues en sus continuas idas a Cuenca y venidas al pueblo, venía cargado de encargos: medicinas, alimentos, ropa…. Y como no podía ser de otra manera, por las tardes nos llevaba a Cueva Tomás, que por aquel entonces era lo más parecido a la Playa de Poniente de Benidorm, así lo percibían nuestras inocentes retinas. Y entre baño y baño ¿sabéis que nos daban de merendar mis abuelos? ¡¡Pues queso con membrillo!!

El recuerdo nunca pasará al olvido pues los primos de mi madre y mi tía: José, Luis, Félix y Pedro, que hoy me acompañan han sido el perfecto enlace entre generaciones, al igual que otros como Juan que hoy ya no están entre nosotros.

Albendea os abre sus puertas de par en par para que todos aquellos que quieran puedan contemplar su naturaleza, sus tradiciones, su patrimonio… Un término municipal, que gracias a Dios, ha sido condicionado, modelado, por dos ríos de aguas cristalinas, el Guadiela y el Escabas, que con su fluir eterno, llenan de vida y prosperidad toda la comarca además de regalarnos algunas zonas de baño espectaculares, eso sí, hay que ser valiente para remojarte en sus corrientes de agua fría. Algunos amigos míos, que están por aquí hoy, pueden atestiguarlo, ¿me equivoco?

La rica historia de Albendea bien valdría ser recopilada y ordenada. Ya os decía al principio que no quisiera ir por esta senda, pero sí que me gustaría invitaros a adentraros en ella pues quedareis gratamente sorprendidos. Bueno, y también pongo a disposición de este Ayuntamiento el trabajo que mi hijo mayor, Jesús, estudiante de tercer curso de Humanidades ha realizado analizando sus orígenes y su evolución, podría haber elegido otra localidad, pero no, eligió Albendea.

¡Qué importante es inculcar y enseñar a nuestros hijos cuáles son sus orígenes y la importancia de conservarlos!. Aunque aquí el premio se lo lleva mi hija pequeña, Rut, que, para su comunión, hace unos años, su amiga Jimena le regalo pasar un fin de semana en las fiestas de Albendea. ¡Regalazo!!

La arquitectura que poseemos es de un valor incuestionable, desde el Mausoleo de LLanes a la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, declarada Bien de Interés Cultural, con la categoría de Monumento, en el año 1992 por parte del gobierno regional de Castilla-La Mancha. Y saco aquí a colación estos emplazamientos porque leía, estos días atrás, con gran preocupación, que peligraba, concretamente, la conservación del Mausoleo, no podemos consentir el más mínimo deterioro de tan valioso emplazamiento. Sirva esta breve reseña para poner en alerta y hacer un llamamiento a las autoridades competentes.

Como veis tenemos un gran legado que transmitir de la mejor manera posible a las generaciones venideras, y eso es responsabilidad de todos y cada uno de los que estamos hoy aquí. Y, es más, lo tenemos que hacer, en primer lugar, por amor y convencimiento y, en segundo lugar, porque San Antonio, además de ser el Santo al que hay que rezar para encontrar los objetos perdidos, es el Santo que protege a los hijos. Bueno, y también es el Santo que vela por los solteros, pero aquí sí que no me voy a meter que la lío fijo de todas todas….

Venga va, puestos a desnudar mi corazón, os tengo que confesar, ahora que estamos en familia, que para preparar este pregón, para ambientarme un poquito, he vuelto a releer un diario, a modo de memorias, que dejo escrito mi abuelo Adolfo. No voy a contaros lo que decía, no por nada, no hay nada que ocultar, sino porque de hacerlo tengo la completa seguridad de que no podría seguir leyendo. Lo que sí os digo es que supo transmitir extraordinariamente su amor por Albendea, por sus gentes y por San Antonio. Yo he tenido la suerte de que mi madre, nacida aquí, que esto no lo puede decir todo el mundo, y mi padre, que, aunque manchego en sus orígenes, han sabido inculcarme esos valores que ahora yo intento transmitir a mis hijos.

Y en esta noria emocional en la que me encuentro ahora mismo, me apetece mencionar a la Asociación de Jóvenes, con el amigo Juanjo a la cabeza,  que llena la cuenta de Instagram de actividades que tienen un gran efecto dinamizador. No decaigáis en vuestro empeño, sé que tenéis momentos de bajonazo, yo os comprendo perfectamente, ¡a mí me lo vais a contar!, pues el trabajo altruista y en favor del bien común es muchas veces ingrato, así es, por desgracia, la condición humana, ya sea aquí, en Cuenca o donde queráis.

Venga va, y hablando de jóvenes, ¡ojo al dato!: una sobrina política, por parte de mi mujer, se ha echado un novio de Albendea, ¿Dónde estás Cristian? Los caminos no paran de encontrarse.

También os digo, para los que no manejéis las redes sociales, que tenemos un noticiario de Albendea que corre por whatssap que no veas. Una gran iniciativa que consigue mantenernos al día de todo cuanto acontece. Sigue así Matea, alma mater de esta publicación.

Y puestos a animar vaya también mi aliento para la Asociación de Jubilados y Pensionistas, y al grupo de danzas, no nos privamos de nada.

Todas estas corrientes, que pudieran parecer diferentes, comparten y persiguen poner en valor nuestro pueblo, algo digno de elogio que merece la complicidad de todos nosotros.

Bueno, queridos paisanos, la vida no sólo debe vivirse, debe celebrarse.

Vivamos estos días con la intensidad y alegría que merecen. Pocas fiestas invitan al reencuentro como estas. Reencuentro familiar o, simplemente, el volver a disfrutar de la compañía de los amigos siendo la perfecta excusa para desconectarnos de la rutina diaria, dejar aparcadas las preocupaciones y compartir comidas, bailes, risas….

Al fin y al cabo, la vida está hecha de pequeños detalles que le dan sentido. Por eso es importante que valoremos que un año más estamos aquí, que tenemos por delante el regalo de poder compartir las fiestas patronales de este año 2024.

Nuestra entrañable plaza del Olmillo espera ansiosa volver a verse llena de peñistas, vecinos y visitantes que disfrutaran de la verbena hasta bien entrada la noche, o en algún caso, recién llegada la mañana (esto para los más valientes). Toda Albendea volverá a latir como un único corazón, volviendo a ser ejemplo de grandes anfitriones, excelentes personas y animosos fiesteros, eso sí, y espero que me hagáis caso, hacerlo con conocimiento, respeto y en paz.

Nuestro Patrón, San Antonio de Padua, doctor de la Iglesia Católica decía: “las acciones hablan más que las palabras; deja que tus palabras enseñen y tus acciones hablen”.

Pues eso, habitantes de la Villa de Albendea, mirad hacía atrás y sentiros orgullosos de todo lo que habéis logrado, pero ahora, desde hoy mismo, os toca mirar adelante y comenzar a crear el brillante futuro que tanto merecéis.

Yo os quiero desear que disfrutéis de las fiestas y convirtamos estos pequeños momentos en extraordinarios.

Es momento de poner ya fin a este pregón; Pregón que ya no es mío, es vuestro.

Os agradezco a todos que hayáis venido a escuchar; teneros aquí, a mi lado, ha sido el mejor regalo que podríais haberme hecho. Mi intención ha sido que en mis palabras y vivencias os podáis hallar visto reflejados en alguna de ellas, si lo he conseguido me doy por satisfecho, pero sobre todo lo que he querido es que el orgullo de pertenencia a Albendea estuviese por encima de todo.

¡Ojala que San Antonio sea nuestra guía durante todos los días del año y nos proteja a todos nosotros y a nuestras familias!!

Termino: No hay palabras suficientes cuando la gratitud es tan grande que lo desborda todo. Quizá por eso lo mejor sea gritar todos juntos:

¡VIVA SAN ANTONIO! ¡VIVA ALBENDEA!

 ¡VIVA ESPAÑA!

¡¡Mil gracias Albendurrios!!

 

REPORTAJE GRÁFICO DE LAS FIESTAS:

 












 







 


 


 



 



















































































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