28 ene 2025

ALBENDEA ES YA UN SÍ (3)

 

ALBENDEA ES YA UN SÍ (3)

Capítulo 3.-Desde el conocimiento al corazón

 

En el capítulo primero, traté de comunicar, que aunque Albendea la ubiquemos dentro de la llamada España vaciada, está llena de valores, vida y sentimientos, para demostrar, que incluso cultural y educativamente, tiene sus buenos recursos que debemos conocer y sobre todo, saberlos fomentar (le dedicaré un capítulo a este asunto tan trascendental). En el segundo, señalé el concepto de pertenencia, como necesidad psicológica para el hombre, que necesita de los grupos para su felicidad e integración, y dónde el pueblo de cada uno juega en la mente y en el corazón de las personas, un gran aporte favorable en el desarrollo personal y en la integración social.

En el presente me fijaré en la importancia que tiene el conocer para amar. Lo subdividiré en dos partes: A, hoy, relacionado con la familia, y B, próximamente, sobre mi pueblo.

La frase que sigue, resume perfectamente a ambas colaboraciones: “No se puede amar lo que no se conoce, ni defender lo que no se ama”. Tan bonita y trascendente es la frase, que han tratado de adjudicarse la autoría varios sabios y entre ellos, Leonardo da Vinci.

Mi familia y mis antepasados son mis raíces:

¿Qué le pasa a una planta que no se riega o a la que se le cortan las raíces? Pues… que se seca, que se marchita, se queda sin alegría y finalmente muere. Pues lo mismo les sucede a las personas. Cuando desconocemos quienes han sido nuestros ancestros (los padres, abuelos y antepasados, son nuestras raíces y ramas), con sus nombres y apellidos; dónde vivieron y/o de dónde vinieron; cuáles fueron sus vicisitudes, alegrías, penas o tragedias; a qué se dedicaron y el progreso o el retraso económico que llegaron a obtener; cuál fue el nivel cultural que alcanzaron; cuántos miembros había en cada familia y qué fue de cada uno de ellos; qué contexto histórico vivieron y cómo les afectó, dentro de las paces o de las guerras; cuánto y el porqué disfrutaron con sus costumbres, usos, fiestas, folklore, y si apenas de este conjunto de cuestiones, poco o nada sabemos, pues ¡estamos dejando de regar nuestro querido árbol!

 

 

 Contaré sucintamente mi experiencia. Durante unos años me dediqué a indagar, preguntar, consultar actas de nacimiento y defunción en los archivos civies y parroquiales de mis ancestros, y generar hasta dónde pudiera alcanzar en la búsqueda de las raíces (llegué en algunas ramas hasta la séptima generación anterior a mí) y con esos datos, poder elaborar mi árbol genealógico. Tuve un problema inicial, porque mis cuatros abuelos nacieron y murieron en pueblos diferentes, y de mis ocho bisabuelos, tan solo tres repetían lugar de nacimiento. De esas 12 personas, no logré identificar las tumbas de tres de ellos, aunque sí los cementerios. Es más, con relación a mi abuela paterna, los archivos municipales de su pueblo de nacimiento, fueron destruidos durante la Guerra Incivil. Claro, que si esos familiares míos, hubiesen nacido y fallecido en un mismo lugar, con los archivos sin maltratar, para poder consultarlos y obtener datos (cuestión que me parece que así es, en el caso de Albendea: ¡Qué suerte!), la rapidez y la facilidad del trabajo hubiese sido como un paseo en barca.

¡No os podéis imaginar el placer que sentía al saber de algo nuevo sobre un familiar pasado! ¡Cómo me entusiasmaba trasladando los datos a mi archivo*, sacando conclusiones que explicaban y repercutían directamente en mi persona! El aumento de los conocimientos, era directamente proporcional al aumento de mi querer hacia las persona que nunca vi, sintiéndolas tan cerca, que parecía que estuvieran contestando a mis preguntas! Mi entusiasmo era semejante a aquel jovenzuelo que quiere completar su álbum de cromos. ¡Una pasada! Comprobaba con sorpresa y satisfacción, que muchas personas de las que no tenía ni idea de su existencia, habían regado el árbol para engrandecerlo, para que yo, una fruta más entre las muchas de aquel árbol, tuviese vida y bienestar. Me veo ahora, como el producto amado por muchas generaciones, conociendo mi historia, y eso me da seguridad personal y riqueza espiritual, sabiendo que no soy un bulto sospechoso, y que no aterricé por casualidad en un pueblo y en un hogar. Así es amigos todos lectores: quien no sabe de dónde viene, probablemente, no sabe hacia dónde se encamina ni dónde se ubica. Así que, con esa recopilación de datos elaborados, di vida a algunos de los míos, y aumentó mi autoestima.

¡Ah! Dos cuestiones positivas más, entre otras: algunos de nuestros hijos, o familiares descendientes, si descubriesen que hay elaborado un árbol genealógico en su familia, su agradecimiento no lo valorarían como si de dinero se tratase (con dinero se compran cosas necesarias muchas veces, pero sin importancia también, porque las más imprescindibles  como el sol, la vida, la familia, y el amor, son gratuitos), sino como un bien recibido de superior valor a la herencia de un inmueble o de un campito.

 

 Además: ¿Cuándo uno se muere del todo? (Remarco lo “del todo”). Cuando llega el día del funeral decimos que está muerto. ¡No es verdad del todo! Digamos que ha dejado de funcionar el corazón o que se descompone su cuerpo. Fijémonos en esta cuestión: Mientras una persona es recordada por los que los quieren bien, ¡tiene vida! A medida que se van perdiendo las referencias de sus descendientes queridos, el muerto se hace más muerto. La muerte es un proceso, dónde la memoria sobre el fallecido tiene su mucha importancia. En resumen: Sólo muere totalmente quien es olvidado totalmente por los suyos. (Este concepto está en la filosofía de sabios tan grandes como Cicerón y otros muchos pensadores clásicos).

Los datos que obtenía los introducía con una aplicación* (hay varias en internet), herramienta fácil de manejar, que se encarga de ordenar la información, y ofrecernos diferentes tipos de informes genealógicos que podemos imprimir, siendo gratuita en su versión sencilla, y que es más que suficiente.

(*) Referencia: “MyHeritage Family Tree Builder”.

 

Soneto: MI FAMILIA

 

Es mi familia el templo de mi vida,

la cuna de mis sueños y esperanzas,

mi guía fiel en las horas confundidas, 

y el palacio  dónde el alma halla alianzas.

 

Mis amores comparte y multiplica,

mis penas y tristezas las alivia,

mi árbol de la vida es luz que edifica

en joya de verdad, eterna y viva.

 

Mi descendencia, un sueño que cultivo,

ramas que producen frutos sabrosos, 

historias y futuros creando un nido.

 

¡Ay! ¡Qué dulces los años gozosos!

¡Qué veloces días nos da el destino!

¡Qué brevedad, si son hijos virtuosos!

 

 

Alberto Morales Guillén. Enero 2.025.


 

8 ene 2025

ALBENDEA ES YA UN SÍ (2)

 


Albendea, 8 de enero de 2024

 

 
ALBENDEA ES YA UN SÍ

Capítulo 2.-El sentimiento de pertenencia en la valoración de un pueblo o una nación:  

 

Concepto

El sentido o sentimiento de pertenencia, es la identificación subjetiva que un individuo experimenta respecto a un grupo, con el que comparte espacios e intereses dentro de una organización, pueblo, nación o comunidad, sintiéndose cómodo, bienvenido, aceptado, interesado y querido como persona, y no desubicado y no tenido en cuenta.

Aquí se aplica más el corazón que la mente; tanto o más la naturaleza que la voluntad; importa más el grupo que el individuo y con frecuencia la persona integrada no sabe explicar el porqué se encuentra a gusto en el grupo. Es una fuerza interior que te da soltura, confianza y libertad.

Ejemplo: si decimos, que somos albendurrios, es porque nos gusta y amamos a Albendea, deseamos ir al pueblo, hablar con sus gentes, participar en sus fiestas, tomar el sol en sus plazas, pasear por su montes o tomarme unas “tajas en ca la abuela”. Además, no permitiremos, aunque tengan razón “que nos toquen a Albendea”, y siempre defenderemos, ayudaremos al pueblo en su progreso social, cultural y económico, llegado el caso. Decimos por ello que “tenemos sentido de pertenencia por Albendea”.

Para Maslow (autor de la imagen adjunta), un psicólogo de la corriente humanista que formuló la “Teoría de las necesidades humanas” dijo: “la necesidad de pertenencia a un grupo es la tercera más importante necesidad, sólo detrás de las necesidades fisiológicas y la seguridad. La falta de pertenencia a un grupo puede llevar a provocar problemas como ansiedad o depresión en una persona”.

En esa imagen podemos observar, al menos, que:

-Hay personas de muchos colores, divergencias (razas, ideologías, religiones, gustos, vocaciones, sueños…).

-Van cogidos de las manos (respeto, unión, comprensión, aceptación…).

-Están rodeadas de corazones (sentimientos positivos, cercanías emocionales…).

-Caminan en la misma dirección (intereses compartidos, proyectos en común…).

Autoridades, la pertenencia y sus características

Brené Brown (Investigadora y escritora sobre vulnerabilidad y conexión humana): “El verdadero sentido de pertenencia no requiere que cambiemos quienes somos, sino que seamos quienes somos.” 

Maya Angelou (Escritora y activista): “Pertenezco a donde quiera que me encuentre, desee y sea aceptada, y eso no significa que pertenezca a un solo lugar”.

Papa Francisco:No existe identidad plena sin pertenencia a un pueblo”. 

José Mujica (40º presidente constitucional de Uruguay 1935): “Mientras exista injusticia social, mientras la especie humana planetaria no tenga sentido de pertenencia por la verdad que le permita ser libre, que no pare de expresar su inconformidad la poesía”.

Pertenencias: ¿En cuántos grupos?

Hagamos un ejercicio de introspección: ¿En qué grupos me siento aceptado, a gusto, cómodo, realizado e incluso… me son necesarios para convivir en ellos?

El primero, es vitalmente necesario, y probablemente integrado (aunque a veces vivimos situaciones incómodas y traumáticas, en éste y en todos los grupos)…

¡La familia!: “Cuando un recién nacido aprieta con su pequeño puño, por primera vez, el dedo de sus padres, los tiene atrapado para siempre” (Gabriel García Márquez).

 La naturaleza, el lugar de nacimiento: “La naturaleza señala a los soldados de la vida el lugar en donde han de luchar por ella” (Blas Infante).

Mi pueblo: Respondo con estos versos:

Mi Pueblo, Mi Corazón

 

Es mi pueblo, buen refugio de mi alma,

donde el sol me abraza con dulce calma.

Mi corazón libre late al compás,

en sus calles, hay  música, hay paz.

 

Es mi familia, continuo abrazo eterno,

hogar muy cálido incluso en invierno.

Sus risas, sus pasos son mi poesía,

su amor, mi fuerza, mi ser, cada día.

 

Mis amigos, ¡Ay qué luz compartida!,

¡Qué aliados fieles!  ¡Qué lujo de vida!

Con tus palabras, encuentro buen abrigo,

en tus  consejos, un claro destino.

 

Mi historia y huella está en su suelo,

escrita con esfuerzo, estudio y anhelo.

Es un legado que nunca se pierde,

si el relato en mí y en ti es siempre verde.

 

Mis raíces, mis vivencias, mi fe,

y la tierra que siempre quise ver.

Son base de acero que me sostiene,

y aun siendo inmigrante en ella, me tiene.

 

Mi pueblo, mi ilusión, mi corazón,

eres mi vida, mi eterna canción.

 

Alberto Morales Guillén.

Todos, al menos lo espero, tenemos una patria o varias. Se puede ser español y valenciano, o argentino y cordobés, o vasco, o español, o alcarreño y catalán. Traigo a colación nada menos que a Cervantes. Se explica con claridad meridiana, entre otras situaciones en “Los trabajos de Persiles y Segismunda” diciendo que su patria es España; en “El trato de Argel” proclama, “¡Oh España, patria querida!” y para en “El Quijote” Ricote, un morisco expulsado en 1609 le dice a Sancho que “lloramos por España, que, en fin, nacimos en ella y es nuestra patria natural”.

Los que tenemos a España por patria y pertenencia común, con el respeto y entendimiento de los nacionalismos, hemos de trabajar, disfrutar, en proyectos conjuntos de desarrollo en todos los campos, para legar a nuestras generaciones posteriores, un futuro mejorable. Es nuestra gran pertenencia: unidos en la convivencia para el bien común. (Es la idea que deseo trasladar con esa imagen de he elaborado: unidos como una piña).

Pertenezco a ALBENDEA, por sentimiento

La afirmación del epígrafe, declara, mi filiación albendurrio, no por sangre, sino por sentirme a gusto y acogido, por voluntad propia y aceptación, que es tan válida como por cualquier otra razón, teniendo en cuenta lo hablado hasta ahora.

Y ahora ¿qué me/nos resta? “Aumentar mi satisfacción mental” (Khushwant Singh), “ser bastante más que un mero invitado” (Maureen O ‘Hará) y aportar mi granito de arena en la cohesión y crecimiento de un bello pueblo llamado Albendea.

 

XIV RUTA DE LA LANA DE ALBENDEA